sábado, 11 de junio de 2016

recuerdo


tendría que estar estudiando, pero tomé el libro de poesías "No recuerdo" de E. Feune de Colombi.
la re-lectura del libro me inspiró a hacer su breve contraparte, en la que se recuerda.
limitándonos a los viajes, ¿qué recuerdo un sábado al mediodía?



recuerdo la primera vez que compré un pasaje de avión para viajar a Río con mi hermana. fuimos a la oficina de la aerolínea y pagamos en efectivo, algo que hoy me parece del siglo XIX

recuerdo el silencio caminando sola entre los cerros de purmamarca, nunca me volvió a impresionar tanto un lugar.

recuerdo cuando llegué a quito y le robaron el monedero a mi amiga.

recuerdo las mañanas en el Calafate, tomando mate con un rayo de sol en la cara con vista a las montañas.

recuerdo cuando tuvimos miedo con las chicas, la noche previa al treckking del camino del inca para llegar a Machu Picchu

recuerdo que la guía decía Matchu Pitchu.

recuerdo el frío extremo, absoluto y radical que sentía todas las mañanas que pase desde el desierto de atacama hasta el salar de uyuni.

recuerdo la sensación de extásis que sentí cuando caminando a orillas del Sena, encontramos la librería Shakespeare & Co.

recuerdo las playas de Máncora y recuerdo que cuando decidimos irnos y seguir camino tomamos el peor micro del mundo, que tardó 15 hs en hacer 300 km y nos llenó de picaduras de pulgas.

recuerdo la primera vez que viaje sóla, recuerdo que no tenía miedo y recuerdo la felicidad que tuve al conocer El Bolsón.

recuerdo haber vuelto de un viaje con una felicidad que me sobrepasaba el cuerpo.

recuerdo haber extrañado a mi chino estando afuera, recuerdo mi cara de felicidad cuando cada tanto podía hablar por teléfono con él, recuerdo la alegría de reencontrarlo.

recuerdo que recé en todas las Iglesias de Francia que conocí.

recuerdo que un día en Bangkok tuve que abandonar tres comidas callejeras porque eran intragables.

recuerdo pensar que me deshidrataba y moría al recorrer las ruinas de Angkor en Camboya.

recuerdo haber detestado la idea de los all inclusive, pero también recuerdo haber ido a dos y haber pasado unos días increíbles ahí.

recuerdo el 50° aniversario de la revolución cubana, charlando sobre el comunismo, el Che y la vida, en el Malecón de la La Habana.

recuerdo haber comido choclo con queso infinidad de veces en Cusco; era la comida más barata del mundo.

recuerdo cuando le compré a mili la mochila con la que viajo.

recuerdo que dormí en lugares horribles y recuerdo haber sido feliz en ellos.

recuerdo cuando encontré a otra alba, en Samaipata, Bolivia.

recuerdo haberme vivido el surrealismo en Varanasi.

recuerdo haber planeado un itinerario y haberlo desarmado y rearmado doce veces en el mismo día.

recuerdo el extasis que tienen mis pies cuando un avión despega.

recuerdo aquella vez que me tuve que despedir de mis compañeros de viaje ocasionales, porque me estaba enamorando de uno de ellos.

recuerdo haber sido consumista en Santiago.

recuerdo cuando perdí el pasaporte por tres horas en Ho Chi Minh y me prometí no viajar nunca más sóla si lo encontraba.

recuerdo el olor a té de muña de la isla de Amantaní

recuerdo los atardeceres en Udaipur, mirando el lago Pichola.

recuerdo los consejos de Javier para viajar a Perú, y los de Pablo para Vietnam.

recuerdo cuando en medio de un ensamble de percusión en el Konex, decidimos con Bel viajar por primera a Europa.

recuerdo entrar a la capilla de Ezeiza cada vez que emprendo un viaje.

recuerdo ver gente llorando en los aeropuertos y darme cuenta que no sólo se viaja por placer o negocios.

recuerdo cuando llegué a Orleans y María, desconocida para mi hasta ese momento, me recibió con vino y comida polaca.

recuerdo cuando llegué a la Isla de Koh Rong y pensé que había desembarcado en el paraíso.

recuerdo los libros que leí y los que no leí viajando.

recuerdo haber llorado al encontrar el Coliseo; al escuchar tocar en violín el Canon en Re de Pachelbel por las calles de Florencia.

no recuerdo por qué empecé a viajar, ni cuándo me di cuenta que era una viajera, pero si  recuerdo que viajar hizo de mi una persona agradecida, afortunada  y generosa.


recuerdo haber tomado mate en todas las latitudes